Querida Abuela ¡Ah vieja linda que mirabas más allá de mis ojos y me defendías de las garras de mi abuelo! A yer me acordé de ti, lo hice al mirar una película donde hablan de las abuelas: las Abuelas que son como una columna vertebral en muchas familias, un eje que sostiene la unión y la armonía y que al morir, es probable que la familia se separe, como sucedió con la mía. Déjame decirte algo Abuela que no sabes, pero estoy seguro lo intuías; me dedico a contar historias, algunas las he podido convertir en películas y otras las dejo escritas, pero la cuestión es que es algo que se me da, algo para lo que soy bueno. Estoy seguro que por eso tú me entendías, sabías que mi pasión era la de crear, lo veías cuando estaba tirado a la mitad del patio y me mirabas de reojo, me abrazabas con el simple hecho de mirarme y no como tu esposo que siempre andaba dando sombrerazos y bibliazos a todo el mundo. Lo sabías cuando a tu lado me ponías a hacer algo, pintar o pirografiar alguna mader...
Paso y dejo lo mío, luego se vuelve tuyo es entonces un pozo, si bebes de él se llena si no se vacía y marcho a galope, vas y voy y vamos dejando algo que de a poco me describe pero nunca me alcanza. Somos un enigma, y nos vamos conociendo, en cada letra me describo y juego a que te mires, porque en ti me veo y a veces nos encontramos, gracias por pasar por la ruta en la que sigo danzando.