Ya casi al terminar el día del padre que tanto gocé con mis hijos, recordé que no te he llamado, que sigo acá en el silencio y el monasterio de reconocimiento familiar, y que de repente, pasan horas, días, semanas, y ya no se nada de ti otra vez. Dónde estás mi querido primo, cómplice de tantas aventuras y hasta del mismo maestro, que es tu padre. ¡Ah mis padres favoritos! -pensé- después de recordarte de entender que la familia es otra cosa, después de sentir como se me destrababa aquel programa doloroso que asociaba a la familia, era eso primo, era aquel vicio terrible de sufrir y luego salir huyendo, que no me dejaba vivir, ahora lo entiendo, ahora puedo verlo claramente. Cada relación amorosa que tuve, era una bomba de tiempo con un terrible final: salir huyendo y reprducir todo el dolor que experimenté de niño. No sabía como deshacer ese patrón que adopté como modelo de vida, no sabía como empezar de nuevo. Pero la vida se encargó de traerme al lugar donde nací y después de much...
Paso y dejo lo mío, luego se vuelve tuyo es entonces un pozo, si bebes de él se llena si no se vacía y marcho a galope, vas y voy y vamos dejando algo que de a poco me describe pero nunca me alcanza. Somos un enigma, y nos vamos conociendo, en cada letra me describo y juego a que te mires, porque en ti me veo y a veces nos encontramos, gracias por pasar por la ruta en la que sigo danzando.