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Mostrando entradas de octubre, 2018

COCO ME PREGUNTA Y YO BAILO CON SUS PREGUNTAS

¿Cuántos años tiene Pablo? me dice Coco mientras caminamos por la Cibeles, ocho le respondo y toma mi brazo para seguir caminando, ¿cómo estás? me vuelve a preguntar, y yo miro como caen las hojas , ¡Ah el otoño ya está aquí otra vez! pienso mientras miro a Coco como ya está en otra idea. ¿Cuántos años tiene Pablo entonces? ¿Cuántos crees? y juego a que sea ella quien me guíe, que su memoria nos guíe quizá es mejor dejar que se esparzan tantos datos. El agua de la fuente nos transporta. ¿Sigues tocando la guitarra le pregunto? no, está desafinada. Caminamos sintiendo la fría tarde. ¿Pero estás bien? me pregunta con un extraño interés. Estoy bien Coco, y llegamos donde está la escultura del David una copia que luce totalmente descuidada, como si una infección en la piel del majestuoso David de piedra, avanzara por todo el cuerpo. Qué bonito lugar, ¿dónde estamos? Me pregunta, y le damos una vuelta a la glorieta, al tiempo, a la vida. Coco mi madre me pregunta una y otra vez, deja abrir

HOY SE MURIÓ MI AMIGO LEONEL!

Ayer que cumpliste 46 años decidiste partir, y te escribo en presente porque aún no se como despedirme de ti, apenas hablamos hace unos días, me llamaste en medio de tubos y cables del hospital, como agradeazco tus palabras siempre ahí con brillo y risa, esa risa que contagiaba a todos, Juan siempre se quejó de tu risa decía que parecía de viejito, pero a mi me gustaba tenía un sabor agridulce como tus chistes que a veces sólo tu entendías, pero nunca dejabas ese humor que nos daba para charlas interminables, ¡Ah mi querido amigo no se si pueda recuperarme tan fácil de tu partida!, me duele, harto me duele que te vayas, y que puedo hacer más que subirme al carrusel de recuerdos y tatuarme tus palabras sobre todo la últimas donde me advertiste "mírame cabrón deja de preocuparte, no vale la pena" ¡ah mi hermano, aún te siento! Hoy que cayó un tormenta de cinco horas completitas, lloré también mirando al albun de recuerdos, y entonces no pude más que reir, porque fueron risas

COCO TIENE MIEDO.

Coco tiene miedo, un miedo que se expande rápidamente, un miedo que la hace querer estar siempre acompañada, ahora después de muchos años todo colapsa en ella. Tantos años de andar sola y de repente el miedo la atrapó. Coco, mi madre, ha sido siempre una lección de vida, desde que tengo uso de razón es una mujer que se levanta, que despierta mirando con una sonrisa, ayer le llamó Samuel uno de sus hermanos, el que lleva el nombre de mi abuelo, su padre y que vive desde hace mucho en gringolandia, de repente y sin avisar le llamó, creo que la última vez que lo vi, fue en el velorio de mi abuela, a mi me cae bien me identifiqué de inmeidato con él. Gracias a él mi mamá me soltó el carro a los 16 años, no me creía que sabía manejar, asunto que había resuelto con mis amigos como muchas de las cosas, que he resuelto en esta vida; amigos que para mí eran como una familia, amigos con los que he librado grandes batallas, y uno de ellos me enseñó a manejar. Pero Coco no me creía. Así que el tío