Ayer que cumpliste 46 años decidiste partir, y te escribo en presente porque aún no se como despedirme de ti, apenas hablamos hace unos días, me llamaste en medio de tubos y cables del hospital, como agradeazco tus palabras siempre ahí con brillo y risa, esa risa que contagiaba a todos, Juan siempre se quejó de tu risa decía que parecía de viejito, pero a mi me gustaba tenía un sabor agridulce como tus chistes que a veces sólo tu entendías, pero nunca dejabas ese humor que nos daba para charlas interminables, ¡Ah mi querido amigo no se si pueda recuperarme tan fácil de tu partida!, me duele, harto me duele que te vayas, y que puedo hacer más que subirme al carrusel de recuerdos y tatuarme tus palabras sobre todo la últimas donde me advertiste "mírame cabrón deja de preocuparte, no vale la pena" ¡ah mi hermano, aún te siento! Hoy que cayó un tormenta de cinco horas completitas, lloré también mirando al albun de recuerdos, y entonces no pude más que reir, porque fueron risas amigo, risas y creaciones sólo sabíamos hacer eso. Siempre bromeando, hablando de cine, de rock y de mujeres. No había otros temas, eras práctico. Los temas que te incomodaban te los llevaste hermano, porque nada supe a profundidad de ti. A veces dejabas ver algo de la infancia que como a todos nos marco, pero sólo era un pequeño rayito de memoria, entonces tronabas la boca y cambiabas de tema. Siempre en otro cosa, y me recomendabas una nueva película, ayer vi cuatro -me decías-. Tienes que ver a este director. ¡Ah que fortuna conocerte en ese maravilloso viaje que hice por primera vez a nuevayork, todo para mi era como sacado de un cuento de Danny Boyle, ja, multicolor. Ibamos a trabajar si es que se puede llamar trabajo a hacer casting a modelos y luego fotografiarlas con el España, pasando por el comité de bienvenida que hacía Luigi, todo en nuevayork para mí era genial, la gente el ritmo, el sonido de la ciudad "Nuevayork te estalla en la cara" me dijiste y fue una descripción perfecta pero creo que el estallido es mucho más profundo es letal, se me instaló en las venas, me hice neoyorkino en un instante, y es que ese lugar tiene magia es de valientes de soñadores, y ahí en una tarde que terminamos la sesión temprano fuimos a un bar, una hermosa Hostess nos recibió, música a tope, una luz roja hacía que todo se viera con pasión y furia como sentía que mi vida corría en ese momento, y ahí a lo lejos estabas tú, un gigante con corazón de niño, con esa risa que ya caía bien, me saludaste como hermano y bueno todos los mexicanos o latinos ahí se saludaban como una fraternidad, me sentí un verdadero inmigrante encontrando paisanos. En menos de diez minutos me contaste de tus hazañas como director de arte en méxico y resultó que el chucky era tu colega ¡ah ese terrible Gordo, una pieza indispensable en mis viajes a playa paraíso, siempre ahí metido en las mejores historias, y haciendo que la fiesta tuviera más colores!, desde ese momento nos volvimos cómplices, amigos, compañeros de un viaje que nos traería muchas tardes y muchas noches de fiesta. Hasta compartimos sin saberlo a la misma musa, esas coincidencias no podrían más que ayudar a cosechar una amistad insdestructible. Algunos años después cuando regresaste a México, fue donde de plano nos volvimos compinches, y entonces las noches se volvieron de 500 horas, porque nunca terminaban, fiesta, conciertos, charlas y charlas. Nunca supe realmente que pensabas, eras un enigma como supongo todos lo somos, pero actuabas, te movías, eso es algo que me dejaste en claro, abrías una empresa, luego otra, un restaurante, te fuiste a londres un tiempo, no dejabas de planear cosas y de moverte. La vida como dice el tao es moverse adaptarse y tu lo conjugabas demasiado bien. Recuerdo el día que te hartaste de México, otra vez, "me voy a los Ángeles no tengo nada que hacer aquí" y no lo dudaste vendiste tu departamento y tu auto y adiós. No te vayas a enamorar te dije, ja pensando más en mi que ti, pero tu respuesta fue contundente, "no carnal voy a trabajar y punto" y que pasó, unos meses después me dices con una certeza irreconocible, que te ibas a casar, eso me dio mucha alegría porque sabía muy bien como tú y tus amigos más cercanos, que el tema del amor era una asignatura pendiente en tu vida y que simplemente cada vez que querías presentar el examen te cancelaban la fecha; ni siquiera había oportunidad de poner en práctica todo eso que sobamos en charlas una y otra vez- Un día llegará te decíamos, sobre todo Juan y yo, un día podrás encontrar el amor. Te confieso que a veces yo mismo dudaba de que te fuera a pasar eso, porque te veía al mismo tiempo con muchas dudas, pero te llegó el amor mi querido amigo y te volviste un hombre de casa. Poco a poco nos distanciamos, primero por la distancia real y geográfica y luego por que la rutina de los casados, "que cumplen" es de estar, en casa. Hay que atender el changarro, sino se meten a robar. Además con esa mujer que te llegó, como no ibas a cuidarlo, un ángel hermano, te mandaron un ángel para que te acompañara y así fue ahí estuvo de tu mano hasta el último día. "Juntos hasta que la muerte los separe" tu si cumpliste esa máxima y tuviste la fortuna de tener la mano de tu amada en el cambio de nivel. Por eso agradezco también a ella que con esa mano que te dio pudiste sentirte acompañado, siempre lo estabas, no dejabas de recibir mensajes eres un hombre muy querido. Aun sigues recibiendo palabras y frases que pegan en las cuerdas más profundas. Yo no quiero despedirme no se como se le hace nunca he sido bueno para eso de cerrar ciclos por eso yo creo que escribo, para poder ahí hacerme justicia. No puedo renuciar tan fácil a las charlas además estoy seguro que en algún momento vas a oirme, aunque claro, supongo que al cambiar de nivel hay cosas más interesantes que visitar a los vivos, pero estoy seguro que una vez de vez en cuando vendrás a charlar conmigo, y hazlo hermano porque yo te seguiré hablando seguiré compartiendo contigo cada locura de la que hablamos y que dejamos pendiente. Gracias mi Leonel, Gracias por hacerme sentir acompañado todo este tiempo y dejarte acompañar. Buen viaje.
Esto se está complicando,
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