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SI VES EL MIEDO Y EL MIEDO TE VE A TI COMO MEDUSA TE DESTRUYE


Si ves el miedo te vuelves el miedo, si ves la ira, te vuelves la ira, si ves el amor te vuelves el amor. Ahora lo entiendo, o más bien puedo recordarlo.  Si tu ves el miedo no pasa nada, pero si el te ve a ti, te encanta, te hechiza como medusa que con solo mirarla te convertía en piedra, Así todas la emociones, puedes mirarlas, observarlas, pero si ellas te observan a ti, te transformas en ellas. He dedicado gran parte de mi vida a entender esto, y ahora puedo verlo claramente. Al identificarte con alguna emoción es aceptar la emoción y te vuelves eso que miras, a veces te sorprendes de como perdiste el control, o como te entregaste a un momento, y es justo cuando puedes entender que es como medusa que te hechizó, o más bien te dejaste hechizar, porque antes de que te mirara hay algo que te dijo -no la mires- pero no le hiciste caso. Claro no es fácil, no lo es, sobre todo cuando has crecido mirando un mundo que se entrega sin pensarlo a las emociones sin control. Pero tienes que regresar a ese estado de aprendizaje sin juicio, de paz sin intención,  es un estado de iluminación que ni siquiera puedes entender del todo, pero logras mirarlo cuando te das cuenta que las emociones son externas y no se apoderan de ti, eso no quiere decir que no sientas frío cuando la luna ha llegado, o que al ver el dolor ajeno seas indiferente, lo que estoy diciendo es que entre más tiempo permanezcas en esa emoción o ese estado te vuelves ese estado y te alejas de ti.

Hace muchos años, cuando apenas era un niño, sabía que algo pasaba en los adultos, en mi padre principalmente, pero lo veía también en mi madre aunque con una intensidad mucho menor, pero estaba ahí. Un estado como inmediato en el que el enojo se apropiaba de ellos, la ira, o alguna emoción que un segundo se apoderaba de su muy ligero control emocional. ¿Qué era? -me preguntaba una y otra vez,  que es ese estado en el que sus ojos se dilatan y parecen estar a punto de morder. ¿Qué era esa rabia que se apoderaba de ellos, pero más aún ¿en que momento exactamente perdían el control? Mi padre venía de una familia con tantos secretos que toda la frustración se convertía en enigmas religiosos y doctrinas agresivas que se resumían a un así es y punto, y escondían el porque de sus reacciones. Podía ver en la mayoría de los hermanos de mi papá, un silencio en su mirada que no tenía explicación, en otros, estaba instalado el ego y la superioridad, pero siempre había algo oculto, o creían que lo ocultaban, pero mi mirada como la de cualquier niño era fulminante, estaba limpia, sin intención, y podía ver claramente como un estado emocional se apropiaba de los adultos específicamente de mi padre, y sin embargo, estaba en otros adultos. Lo más curioso es que los adultos más agresivos brillaban, tenían una cualidad que los identificaba, su violencia estaba en la mirada o en su forma de moverse, de hablar, entraban y salían de estados emocionales una y otra vez, o de plano se instalaban en uno solo y ya no dejaban ese extraño estado de enojo o de burla, pero sabía, yo sabía que ellos no eran así. Algo en ellos se había transformado como poco a poco me fui transformando yo, porque un día sin darte cuenta al vivir con lobos empiezas aullar, o simplemente te corren de la manada. Aquel día llegó, una tarde sin darme cuenta me armé de valor, y le regresé el golpe a mi padre, traté de pegarle con un machete, pero con ocho años era demasiado predecible en mis movimientos y mi padre me lo quitó rápidamente. Aunque su mirada al verme molesto, cambió porque supongo que es en ese momento cuando algo nos hace reaccionar, es quizá cuando vemos las consecuencias de nuestros actos, el momento para poder entender quienes somos o quizá para poder mirar un poquito más de cerca nuestra esencia. Las emociones están en cualquier momento, y estamos expuestos a ellas todo el tiempo, pero el secreto para no caer en esos estados, es no dejarse mirar por ellas, tampoco se trata de evadirlas, porque eso es peor, es negar la realidad, hacerse a un lado, y tarde o temprano te exigirán que las mires. 
Puedes mirar el miedo sin que te mire el a ti, pero no negarlo, está ahí presentándose una y otra vez, pues aprende de él. Míralo como se apropia de ti como de todos, y señalo el miedo por describir alguna de las emociones más comunes, pero está la ira, o el enojo. ¿por qué estás de malas? ¿de qué te quejas? ya ni siquiera puedes ver que estás vivo, vivo ya es una palabra que tiene un peso muy grande y un valor que no es fácil de entender, hazte una prueba para saber si estás vivo. Pon debajo de tu nariz un espejito si se empaña es que aún tienes tiempo. Otra buena forma de saberlo, es que ¿has hecho últimamente en tu vida que te haga sentir que estás vivo? Algo que te haga sentirte fuera de tiempo alguna actividad que te de plenitud y concentración absoluta y que aún sin que te paguen podrías hacerlo, si hace tiempo no haces nada de eso, pues lo más seguro es que estás más en un estado zombie donde todo lo haces mecánicamente, que en un estado humano donde todo es un descubrimiento, donde la vida es una aventura para tripular y para experimentar y no para guardar.

Observar las emociones y no identificarse con ellas, es un trabajo que requiere de mucha concentración, de estar pendiente, de estar atento, si pudieras recordar en que momento te perdiste, sería mucho más fácil pero ya no importa es decir, una vez que estás lejos de ti, sólo tienes que aceptarlo y ahora hacer todo por regresar a ti. Las buenas noticias es que un limón nunca será una naranja, por más que aplastes un limón sólo saldrá una sola cosa, y eso es un rico o insípido pero siempre será juguito de limón. Tienes una esencia, te fue dada no la pediste, bueno hay gente que asegura que tu lo pediste, pero yo no estoy tan seguro de eso, y sin embargo si creo que cuando recuerdas tu esencia, todo tiene un tono de alegría de buen humor que no es difícil imaginar que es uno el que levantó la mano para llegar a este viaje.

Esto podrá parecer muy sencillo, pero no lo es, el que una emoción te mire y te dejes envolver en ella, está mucho más adentro de lo que te imaginas y está en las acciones más sutiles de tu vida. Todo lo que haces, se relaciona, porque todo lo que haces habla de la situación con la que te identificas, si conoces más de la vida de los demás que de ti es porque no te has dado cuenta que es más interesante tu vida que la de los demás. Hay tanta información afuera para alejarse de uno que es posible que no sepas ni quien eres. La mayoría de las personas en esta época se saben de memoria series, hay tanto que ver que buscan todos los momentos para poder sentarse a mirar una y otra vez personajes en donde se identifican y se escapan de quienes son, ahí en ese observar puedes oírte, porque es un espejo maravilloso el cine y algunos contenidos de series, el cual te ayuda a conocerte, pero no puedes estar toda tu vida mirando la vida de los demás o se te va a ir la vida. Una de las mejores definiciones de depresión que leí es "sentir que no vives, que sólo ves pasar la vida" Así me sentí algunos periodos de mi vida. Lo peor del caso es que hubo momentos en los que iba como un tren a gran velocidad y marchando con potencia, parecía que tenía una vida plena, pero en el fondo sabía que sólo era un pasajero un tren sin rumbo, a prisa,  arrastrado por mis deseos sin control, hasta que me estrellé. Es posible que sepas con que te identificas hasta que llegue un momento de choque una crisis un estado en el que sea imposible ignorarlo, y ahí tendrás que revisar ¿qué estabas haciendo? ¿porqué llegaste hasta ahí?
Es un entrenamiento, un constantemente entrenamiento esta vida, y el resultado es el trabajo que hagas el tiempo que destines para entrenar tu mente y tu alma, la cual se relaciona absolutamente con tu cuerpo ya que es donde se guardan, por eso es muy importante estar en equilibrio, por eso es muy importante empezar ya, recordar quien eres y empezar a sentirte nuevamente vivo. 

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