Carta a Marilú y a su bella familia.
Es tiempo mi querida Tía de regresar al Diálogo; el silencio y el seguir andando, me ha ayudado a ver claramente todo lo que sucede en este momento tan importante para mi vida y para mi familia. Aquel día que nos vimos por última vez, cuando mi madre se perdió y mi hijo ardía en fiebre en mis brazos, entendí que necesitaba ayuda, que mis manos sólo podían cargar el cuerpo enfermo de mi hijo y que mi mente estaba saturada de dos años de cuidar a mis padres, cansado, debilitado, confundido, sentí que me ahogaba en una ola de realidad que no podía detener. "Voy a llevar a mi madre a un asilo" les advertí a mis hermanas que en los últimos dos años sólo la habían visto un par de veces. Su negativa fue inmediata y mi respuesta directa y clara, "nadie la visita, nadie está aquí para verla y yo ya no puedo cuidarla además tengo que cuidar a mi padre también"- Respondí sin lugar a dudas y quizá provocando la reacción de alguna de las dos y Cris , mi gran hermana la mayor, tomó su lugar y reaccionó y en menos de dos meses acomodó su vida y llegó a casa. La de Coco, esta donde ahora vivimos, esta donde tu viviste, esta que algún día hospedó a mis abuelos, y vivieron acá no se cuantas personas. Esta que fue el puente para regresar a casa.
La presencia de Cris vino a equilibrar mi vida, porque es así cuando la ayuda llega. Cuando los cuestionamientos de ¿Cómo te ayudo se hacen aún lado? y el ¿yo hago? deja atrás todas las dudas. Porque muchos hablan, pero pocos actúan, porque familia no sólo es el que nace a tu lado sino el que camina y te acompaña, como tú, como tu familia que me ha acompañado en diferentes etapas de mi vida. Esta vida mía que ahora tiene un capítulo de los más interesantes, de los más conciliadores, porque he regresado a casa, porque todo lo que ha pasado, ha sido perfecto para volver a ese lugar que algún día alojó a mi especial familia. Si te contara lo que he aprendido en los últimos tres años no acabaría nunca, porque necesito otra vida para poder contar esta ja, porque algo mucho más grande que mi razón me guió a regresar al origen donde todo empezó, donde alguna vez salimos huyendo y me subí a un tren de vida que me llevó a muchos lugares, a conocer incluso otras culturas, pera nada, ni el lugar más hermoso y lejano me acercó un poquito a esta paz que ahora siento al regresar a casa. Es increíble las lecciones de vida que ahora aprendo, es increíble como las respuestas están frente a nosotros y nuestra razón, nuestro ego, nos confunden y no nos dejan verlas. Aun recuerdo las palabras de mi tío toño en el velorio de su mamá "no se porque pasó todo esto, no alcanzo a entender porque así" me lo decía realmente convencido y yo sólo le recomendé que dejara que el tiempo pudiera explicarle algo, ¡ah mi tio Toño, ese gran hombre que tanto admiro y aprecio y que como un reflejo de tu amor hacen una gran pareja! Sentí su angustia ante la difícil experiencia en la agonía de su madre, pero no fue solo eso lo que me llamó la atención, el eco que realmente hizo en mi esas palabras, fue que yo tenía también muchas preguntas acerca de mi vida, y me sentía quizá igual de confundido que él, pero no era el momento de que el me consolara, no era un momento para mi, así que lo abracé y lo oí hasta que sus lágrimas fueron más claras y dejaron que se calmara un poco. ¿Qué hago? ¿Para qué es todo esto? me lo pregunté una y otra vez en este tiempo, me lo pregunté el día que llevaba a mi padre en una ambulancia a emergencias por un sangrado severo de una de sus piernas, y mi madre en casa tenía que quedarse sola. Me lo pregunté otro día que miraba llorar a mi madre angustiada por no saber quién era yo. Me lo pregunté muchas veces, hasta que dejé de hablar, seguí explorando, investigando, estudiando, y dejando que el silencio curara por completo cualquier lugar de mi mente que tuviera algún pensamiento violento, difícil tarea, ¡batalla terrible que experimentan los hombres, cuando luchan por la paz espiritual. Batalla de dioses contra bestias que se roban la paz de los hombres. ¡ah pero hermoso el perdón! ese hermosa fórmula que nos vino a enseñar Jesús, ese hombre que aún deja una huella muy grande en la humanidad. Perdón, sólo eso, como los niños sin guardar rencor, sin recordar si quiera lo que pasó, sólo mirando el presente. Sólo el perdón ha venido a quitarme al venda de la razón sujetada por dolores y miedos, y me ha dejado libre para disfrutar la vida que aún tengo, que aún tenemos. Sólo el perdón me ha dejado entrar nuevamente a casa y poder dejar en paz ese hermoso lugar que me vio nacer y hospedó mi infancia. Ahora mi vida está en paz, ahora entiendo el ¿para qué? ahora puedo volver a reír sin pendientes, y claro, ahora enfrento con gusto las responsabilidades de humano en las que me he metido, de aquel humano ´que perdido en la confusión, dejo abiertas algunas historias, ahora voy con una luz que me guía, ahora regreso como niños a tomar la vida como un viaje hermoso donde todo es alegría y una oportunidad para jugar y aprender.
Espero pronto verte y compartir, porque que otra cosa podemos hacer más que acompañarnos y disfrutar de la vida, esta hermosa vida que aun tenemos el privilegio de sentir.
Y dejo esta carta en un espacio para que otras la lean, porque estoy seguro que los mapas que vamos encontrando pueden ser útiles para que alguien más encuentre su camino.
Recibe un abrazo con amor y extiendo otro a toda tu familia,
Es tiempo mi querida Tía de regresar al Diálogo; el silencio y el seguir andando, me ha ayudado a ver claramente todo lo que sucede en este momento tan importante para mi vida y para mi familia. Aquel día que nos vimos por última vez, cuando mi madre se perdió y mi hijo ardía en fiebre en mis brazos, entendí que necesitaba ayuda, que mis manos sólo podían cargar el cuerpo enfermo de mi hijo y que mi mente estaba saturada de dos años de cuidar a mis padres, cansado, debilitado, confundido, sentí que me ahogaba en una ola de realidad que no podía detener. "Voy a llevar a mi madre a un asilo" les advertí a mis hermanas que en los últimos dos años sólo la habían visto un par de veces. Su negativa fue inmediata y mi respuesta directa y clara, "nadie la visita, nadie está aquí para verla y yo ya no puedo cuidarla además tengo que cuidar a mi padre también"- Respondí sin lugar a dudas y quizá provocando la reacción de alguna de las dos y Cris , mi gran hermana la mayor, tomó su lugar y reaccionó y en menos de dos meses acomodó su vida y llegó a casa. La de Coco, esta donde ahora vivimos, esta donde tu viviste, esta que algún día hospedó a mis abuelos, y vivieron acá no se cuantas personas. Esta que fue el puente para regresar a casa.
La presencia de Cris vino a equilibrar mi vida, porque es así cuando la ayuda llega. Cuando los cuestionamientos de ¿Cómo te ayudo se hacen aún lado? y el ¿yo hago? deja atrás todas las dudas. Porque muchos hablan, pero pocos actúan, porque familia no sólo es el que nace a tu lado sino el que camina y te acompaña, como tú, como tu familia que me ha acompañado en diferentes etapas de mi vida. Esta vida mía que ahora tiene un capítulo de los más interesantes, de los más conciliadores, porque he regresado a casa, porque todo lo que ha pasado, ha sido perfecto para volver a ese lugar que algún día alojó a mi especial familia. Si te contara lo que he aprendido en los últimos tres años no acabaría nunca, porque necesito otra vida para poder contar esta ja, porque algo mucho más grande que mi razón me guió a regresar al origen donde todo empezó, donde alguna vez salimos huyendo y me subí a un tren de vida que me llevó a muchos lugares, a conocer incluso otras culturas, pera nada, ni el lugar más hermoso y lejano me acercó un poquito a esta paz que ahora siento al regresar a casa. Es increíble las lecciones de vida que ahora aprendo, es increíble como las respuestas están frente a nosotros y nuestra razón, nuestro ego, nos confunden y no nos dejan verlas. Aun recuerdo las palabras de mi tío toño en el velorio de su mamá "no se porque pasó todo esto, no alcanzo a entender porque así" me lo decía realmente convencido y yo sólo le recomendé que dejara que el tiempo pudiera explicarle algo, ¡ah mi tio Toño, ese gran hombre que tanto admiro y aprecio y que como un reflejo de tu amor hacen una gran pareja! Sentí su angustia ante la difícil experiencia en la agonía de su madre, pero no fue solo eso lo que me llamó la atención, el eco que realmente hizo en mi esas palabras, fue que yo tenía también muchas preguntas acerca de mi vida, y me sentía quizá igual de confundido que él, pero no era el momento de que el me consolara, no era un momento para mi, así que lo abracé y lo oí hasta que sus lágrimas fueron más claras y dejaron que se calmara un poco. ¿Qué hago? ¿Para qué es todo esto? me lo pregunté una y otra vez en este tiempo, me lo pregunté el día que llevaba a mi padre en una ambulancia a emergencias por un sangrado severo de una de sus piernas, y mi madre en casa tenía que quedarse sola. Me lo pregunté otro día que miraba llorar a mi madre angustiada por no saber quién era yo. Me lo pregunté muchas veces, hasta que dejé de hablar, seguí explorando, investigando, estudiando, y dejando que el silencio curara por completo cualquier lugar de mi mente que tuviera algún pensamiento violento, difícil tarea, ¡batalla terrible que experimentan los hombres, cuando luchan por la paz espiritual. Batalla de dioses contra bestias que se roban la paz de los hombres. ¡ah pero hermoso el perdón! ese hermosa fórmula que nos vino a enseñar Jesús, ese hombre que aún deja una huella muy grande en la humanidad. Perdón, sólo eso, como los niños sin guardar rencor, sin recordar si quiera lo que pasó, sólo mirando el presente. Sólo el perdón ha venido a quitarme al venda de la razón sujetada por dolores y miedos, y me ha dejado libre para disfrutar la vida que aún tengo, que aún tenemos. Sólo el perdón me ha dejado entrar nuevamente a casa y poder dejar en paz ese hermoso lugar que me vio nacer y hospedó mi infancia. Ahora mi vida está en paz, ahora entiendo el ¿para qué? ahora puedo volver a reír sin pendientes, y claro, ahora enfrento con gusto las responsabilidades de humano en las que me he metido, de aquel humano ´que perdido en la confusión, dejo abiertas algunas historias, ahora voy con una luz que me guía, ahora regreso como niños a tomar la vida como un viaje hermoso donde todo es alegría y una oportunidad para jugar y aprender.
Espero pronto verte y compartir, porque que otra cosa podemos hacer más que acompañarnos y disfrutar de la vida, esta hermosa vida que aun tenemos el privilegio de sentir.
Y dejo esta carta en un espacio para que otras la lean, porque estoy seguro que los mapas que vamos encontrando pueden ser útiles para que alguien más encuentre su camino.
Recibe un abrazo con amor y extiendo otro a toda tu familia,
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