Hoy me llamó mi padre, "el presidente", como a veces lo llamo; Mi padre, que ahora vuelve a reactivar su servicio de teléfono después de un largo tiempo de solo usar un viejo celular. Me llamó y al responder, me vino a la mente su casa limpia; lo imaginé contestando recargado en ese viejo mueble que ahora luce absolutamente limpio, y entendí, pude entender claramente que ahora la casa vuelve a estar limpia, que ha pasado mucho tiempo y muchas cosas para poner las cosas en paz. No es la primera vez que arreglamos su casa, lo hemos hecho varias veces, pero en cuestión de días todo regresa a la misma situción.
Hubo un tiempo en el que me entregué al trabajo interno y a investigar todo lo relacionado con mi árbol genealógico. Quizá todo empezó cuando leí la Danza de la Realidad de Alejandro Jodorowsky, ahí pude comprender perfectamente que nuestro mayor miedo, es quizá nuestro poder más grande "convertir la mierda en algo hermoso" lo asegura el director y psicomago chileno, y muchos años después con lágrimas en los ojos me lo confirmaba mi tío Toño, aquel hombre que me ha acompañado varias veces a lo largo de mi vida. "Cómo le hiciste para cambiar tu mirada", me lo dijo saliendo del museo de arte de la UNAM, donde mi documental había servido para inaugurar la sala de proyección y claro ahora entiendo muchos años después de haber iniciado ese trabajo, que nada es coincidencia lo he leído hasta el cansancio, pero nada de eso sirve sino lo experimentamos en cabeza propia, y ahora puedo ver perfectamente como encajan las piezas de mi rompecabezas y se va a armando el mapa. Un año después de haber leído el ibro de Jodorowsky lo tenía frente a mi en una charla a prósito del lanzamiento de su último libro de aquel entonces, la Vía del Tarot, ese fue el pretexto, pero la vida me ponía frente al Loco que entregó su obra a sanar, "Nunca pude arreglar las cosas con mi padre, pero lo perdoné amando a mis hijos" me lo dijo sin dudarlo y abriendo un poco los ojos, "acepta lo que eres, acepta que eso terrible que te ha pasado te hace único y es por eso que debes dar gracias por ello" me lo dijo y apartir de ahí empecé a trabajar en una obra que me ayudara a entender ¿Qué era la locura? y de esa manera entender que le había pasado a mi padre. El camino no ha sido fácil por lo menos llevo quince años trabajando en ello, entender la esquizofrenia es como enteder el universo mismo, porque siempre tiene nuevos caminos, llegó un momento que incluso me estaba obsesionando, y ahí entendí que tratar de razonar una enfermedad que en principio es perder la razón, era una total contradicción porque no es ese el camino, no puede hacerse una lecura física a lo que tiene un origen emocional. Es quizá una de las enfermedades más injustas, porque desequlibra a todo aquel que se le acerca; sufre el que la padece y el que está a su lado. Es un reto muy grande haber nacido en esta familia, no puedo verlo de otra manera, un reto que acepté ya hace mucho tiempo y que empecé a trabajar en ello, pero nunca había estado tan dispuesto a cambiarlo por completo, porque ahí empieza la otra trampa: el control. Sufrimos cuando queremos controlar las cosas y al empezar a entender el origen del comportamiento de mi padre, creí por momentos que podría regresar a la "normalidad", una premisa de mi obra o una hipótesis era que el cambiaría por completo al poner delante de todos el motivo de su dispersión de realidad, es decir tomar lo que parece más ilógico en su comportamiento, que en este caso era querer ser presidente y mostrarlo al mundo como algo normal, en otras palabras, seguirle la corriente. De esa manera nombré el documental "Daniel Reyes para Presidente" y la sorpresa, la magia o más bien el milagro llegó, después de algunas presentaciónes públicas, mi padre disminuía su enojo y moesltia pero esa idea nada tenía que ver con la realidad sino con una reacción que yo esperaba sucediera y sí muchas cosas cambiaron a partir de trabajar en mi obra, principalmente mi mirada, el darle otra lectura totalmente, y de esa forma dejar aún lado el sufrimiento. Mi padre nunca me deja de enseñar, siempre vamos a más con él, siempre hay una sorpresa. También es cierto que sólo cuando bajé la guardia pude mirarlo y así conocerlo. Sólo hasta que dejé el juicio y la suposición llegó la aceptación y el poder entender y disfrutar. Me tardé muchos años en descifralo, pero no importa el tiempo sino el camino, ahora puedo entender claramente que cada quien tiene un proceso, que la vida que uno vive es para que descifres todos esos acertijos o nudos y que entre más rápido lo hagas, más pronto llegará el momento en que lo disfrutes.
Me falta un acto en mi obra un acto de reconciliación, un acto psicomágico como lo llamará Jodorowsky, me falta volver a cargar en mis imágenes poder
Hubo un tiempo en el que me entregué al trabajo interno y a investigar todo lo relacionado con mi árbol genealógico. Quizá todo empezó cuando leí la Danza de la Realidad de Alejandro Jodorowsky, ahí pude comprender perfectamente que nuestro mayor miedo, es quizá nuestro poder más grande "convertir la mierda en algo hermoso" lo asegura el director y psicomago chileno, y muchos años después con lágrimas en los ojos me lo confirmaba mi tío Toño, aquel hombre que me ha acompañado varias veces a lo largo de mi vida. "Cómo le hiciste para cambiar tu mirada", me lo dijo saliendo del museo de arte de la UNAM, donde mi documental había servido para inaugurar la sala de proyección y claro ahora entiendo muchos años después de haber iniciado ese trabajo, que nada es coincidencia lo he leído hasta el cansancio, pero nada de eso sirve sino lo experimentamos en cabeza propia, y ahora puedo ver perfectamente como encajan las piezas de mi rompecabezas y se va a armando el mapa. Un año después de haber leído el ibro de Jodorowsky lo tenía frente a mi en una charla a prósito del lanzamiento de su último libro de aquel entonces, la Vía del Tarot, ese fue el pretexto, pero la vida me ponía frente al Loco que entregó su obra a sanar, "Nunca pude arreglar las cosas con mi padre, pero lo perdoné amando a mis hijos" me lo dijo sin dudarlo y abriendo un poco los ojos, "acepta lo que eres, acepta que eso terrible que te ha pasado te hace único y es por eso que debes dar gracias por ello" me lo dijo y apartir de ahí empecé a trabajar en una obra que me ayudara a entender ¿Qué era la locura? y de esa manera entender que le había pasado a mi padre. El camino no ha sido fácil por lo menos llevo quince años trabajando en ello, entender la esquizofrenia es como enteder el universo mismo, porque siempre tiene nuevos caminos, llegó un momento que incluso me estaba obsesionando, y ahí entendí que tratar de razonar una enfermedad que en principio es perder la razón, era una total contradicción porque no es ese el camino, no puede hacerse una lecura física a lo que tiene un origen emocional. Es quizá una de las enfermedades más injustas, porque desequlibra a todo aquel que se le acerca; sufre el que la padece y el que está a su lado. Es un reto muy grande haber nacido en esta familia, no puedo verlo de otra manera, un reto que acepté ya hace mucho tiempo y que empecé a trabajar en ello, pero nunca había estado tan dispuesto a cambiarlo por completo, porque ahí empieza la otra trampa: el control. Sufrimos cuando queremos controlar las cosas y al empezar a entender el origen del comportamiento de mi padre, creí por momentos que podría regresar a la "normalidad", una premisa de mi obra o una hipótesis era que el cambiaría por completo al poner delante de todos el motivo de su dispersión de realidad, es decir tomar lo que parece más ilógico en su comportamiento, que en este caso era querer ser presidente y mostrarlo al mundo como algo normal, en otras palabras, seguirle la corriente. De esa manera nombré el documental "Daniel Reyes para Presidente" y la sorpresa, la magia o más bien el milagro llegó, después de algunas presentaciónes públicas, mi padre disminuía su enojo y moesltia pero esa idea nada tenía que ver con la realidad sino con una reacción que yo esperaba sucediera y sí muchas cosas cambiaron a partir de trabajar en mi obra, principalmente mi mirada, el darle otra lectura totalmente, y de esa forma dejar aún lado el sufrimiento. Mi padre nunca me deja de enseñar, siempre vamos a más con él, siempre hay una sorpresa. También es cierto que sólo cuando bajé la guardia pude mirarlo y así conocerlo. Sólo hasta que dejé el juicio y la suposición llegó la aceptación y el poder entender y disfrutar. Me tardé muchos años en descifralo, pero no importa el tiempo sino el camino, ahora puedo entender claramente que cada quien tiene un proceso, que la vida que uno vive es para que descifres todos esos acertijos o nudos y que entre más rápido lo hagas, más pronto llegará el momento en que lo disfrutes.
Me falta un acto en mi obra un acto de reconciliación, un acto psicomágico como lo llamará Jodorowsky, me falta volver a cargar en mis imágenes poder
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