Te oigo y la voz que canto ese canto se pierde en el dolor, levanta esa mirada que ya la riza está lista para seguir, tengo miedo como la primera vez que fui a la escuela, pero es aquí en este momento que despierte, que arde mi canto de amor y de vida que alimento mi voz con baila de vida que doy gracias a dios por estar vivo, en cada paso, como un hermoso baile de niños pongo mi atención y doy gracias, unas hermosas gracias por seguir vivo, y alimento un ser que busca despertar en mi todo ese poder que sólo el amor puede dar. Comparto lo que se y cobre lo justo por ello, tripulo esta mundo con alegría y fe.
Canto a mi Coco, mi hermosa madre Ya no sabes quién soy. A veces me da rabia. Me cuesta entenderlo. Lo acepto. He aprendido a aceptarlo. Cada día que ibas perdiendo tu memoria, me perdía contigo. Me asfixiaba tu destino, nuestro destino, nuestra historia. Primero mi padre. Ahora tú. Mi coco, mi madre… Me ha tocado entender que así, de repente, la vida puede cambiar. La vida es cambio. Todo el tiempo es cambio. Esa es mi vida. Mirarte ahora, sin que sepas quién soy, es como saber que ya no eres tú pero lo eres. Yo sé quién eres tú. Y eso cuenta. Mis hijos lo saben. Mi padre lo sabe. Tus hijas, tus nietos tu familia, Y solo nos queda cantar. Cantar sin detenernos. Cantar sin juicios. Unir la voz como dos almas que se buscan. Porque no dejas de cantar. Ahí está el bálsamo que nos calma. Y aprendo de tu risa, de tu risa siempre lista, dispuesta. Aprendo de tu mirada que no se cansa, que está lejos de la mía… Y un día seremos luz. sin tanto drama. Yo sé quién eres tú. Aunque no ...
Comentarios
Publicar un comentario