Te oigo y la voz que canto ese canto se pierde en el dolor, levanta esa mirada que ya la riza está lista para seguir, tengo miedo como la primera vez que fui a la escuela, pero es aquí en este momento que despierte, que arde mi canto de amor y de vida que alimento mi voz con baila de vida que doy gracias a dios por estar vivo, en cada paso, como un hermoso baile de niños pongo mi atención y doy gracias, unas hermosas gracias por seguir vivo, y alimento un ser que busca despertar en mi todo ese poder que sólo el amor puede dar. Comparto lo que se y cobre lo justo por ello, tripulo esta mundo con alegría y fe.
-...entra en el miedo, sólo ahí, en ese lugar está lo que buscas, lo que viniste a aprender- Me lo dijo Marcos, el viejo vagabundo que siempre está afuera del bar, me detuve, porque sus palabras me calaron, lo miré un momento. -¿me hablas a mi? -le hablo a todo el mundo, y aveces alguien me contesta, ¿me invitas un trago? Lo miré y pensé por un momento en invitarlo, pero me distraje con un par de mujeres que entraron, una de ellas traía una falda larga casi transparente y con una abertura que te atrapaba al instante, era como un anzuelo para buscarla, para seguirla, y la seguí. El bar estaba atascado, el espacio es muy pequeño, un curioso garage que se extiende de forma vertical, hasta llegar a una barra, decorada con objetos de taller mecánico, porque lo era, "el taller de Tony" que al morir, uno de sus hijos lo inmortalizó, convirtiéndolo en Bar y dejando todo como estaba, bueno adaptándolo un poquito. Perdí de vista a las mujeres, logré llegar a la barr...
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