Te oigo y la voz que canto ese canto se pierde en el dolor, levanta esa mirada que ya la riza está lista para seguir, tengo miedo como la primera vez que fui a la escuela, pero es aquí en este momento que despierte, que arde mi canto de amor y de vida que alimento mi voz con baila de vida que doy gracias a dios por estar vivo, en cada paso, como un hermoso baile de niños pongo mi atención y doy gracias, unas hermosas gracias por seguir vivo, y alimento un ser que busca despertar en mi todo ese poder que sólo el amor puede dar. Comparto lo que se y cobre lo justo por ello, tripulo esta mundo con alegría y fe.
A mis hijos María Pablo y Max que empiezan un nuevo ciclo Arriba y abajo, frio y calor, día y noche, luz y oscuridad, bueno y malo, yin y yang, femenino y masculino, parece que vivimos en un juego de azar donde todo es dual, donde tiene que ver con un volado de águila o sol, de cara o cruz. Un día escuché una historia de un tipo que manejaba muy bien la energía, y que le atribuía la historia a Jordan el increíble jugador de basquet que logró mantenerse en el aire como si flotara, para luego ejecutar una clavada de balón que dejó a todos en shock, Jordan según él, habla de que la única manera de mantenerse activo en un juego o en la vida misma, es entendiendo la energía como un ocho, donde va y viene, donde el circuito, hace que se mueva para arriba o abajo, y hay que saber moverse con esa energía, no puedes pretender estar arriba siempre porque es normal que caiga, y tampoco puedes quedarte abajo tanto tiempo porque puedes subir, y es normal que subas, esta idea me pareció genial ...
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