Terminé de leer el Baúl de la Escritora Ana Cosultchi que llegó a mi por la amabilidad de mi vecino, que resulta ser su hijo, -qué bonito es tener vecinos que son amables e hijos de escritoras, ja- aunque al principio me costó porque siempre me pasa con un nuevo autor, tengo que leer las primeras páginas un par de veces para empezar a dialogar con sus personajes, y Ana Cosultchi no fue la excepción. Por momentos me sentía en una conferencia, en un charla de una importante historiadora, o lingüista, que descubre los enigmas del origen de las palabras así como el de las culturas. Es admirable como renombra las cosas, pinta con palabras las emociones, y ahí, justo ahí es donde me sentía en medio de una conferencia con abundante conocimiento. Me harté de la sumisión de Vera, destino terrible el de los amantes que esperan, que inventan sus mundos basados en lo imposible, y sin embargo anhelé rescatarla en Venecia, que cobardía la de Santiago, -que cobarde he sido cuando el miedo me atrapa- pensé; no sabía que ladino era un lenguaje y ¿qué relación tiene con el significado de tramposo?. ¡Qué final tan fulminante! tan revelador de la sumisión de Santiago, todos tienen a su verdugo. ¿Qué hace a lado de Virginia? ¿qué hacen hombres y mujeres viviendo vidas que no quieren vivir, pero “tienen qué”. Me gustó, me conecté gracias por la historia. Eso, la historia que forma de narrar, que bonito es lo bonito. Breve, fugaz, rápido, un recorrido que parece corto pero la forma de narrarlo avanza con una cadencia pausada, como la descripción que hace de las cosas, de los momentos que se van desgranando poco a poco hasta quedar solo la realdiad, la inexorable realidad que siempre nos sobrepasa.
Lee el Baúl de Ana Consultchi
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